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Mal sueño y problemas estomacales

La relación entre dormir mal y los problemas gastrointestinales

El conexión entre dormir mal y los problemas gastrointestinales suele ser obvia. Esto se debe a que ambos siguen un reloj interno. Si éste está desequilibrado, surgen las molestias. Si no dormimos lo suficiente, los síntomas aparecen primero en el tubo digestivo, y los problemas de sueño parecen exacerbar los problemas digestivos existentes.

Al igual que el sueño, la digestión humana también está controlada por un reloj interno. Este reloj interno se adapta constantemente a nuestros hábitos, por ejemplo porque la luz y la oscuridad cambian constantemente de forma natural, por lo que el reloj interno humano también debe adaptarse. Igual que hay horas naturales para dormir, el reloj interno también influye en otras funciones vitales, como la digestión. El cuerpo siempre pide comida a determinadas horas, y lo mismo puede decirse del vaciado del tracto intestinal.

Durante el sueño, el estómago también descansa, los músculos del estómago se relajan y los movimientos del estómago se restringen.

Se supone que los trastornos del sueño aumentan el riesgo de úlceras de estómago porque durante el sueño se libera una proteína, el péptido TFF-2. Esta proteína tiene la función de proteger el revestimiento del estómago. Si se producen trastornos del sueño durante la noche, sólo se liberan pequeñas cantidades de esta hormona y el efecto protector es limitado.

Existen otras hipótesis según las cuales la falta de sueño tiene un efecto negativo en el estómago, como el aumento de la producción de gastrina, una hormona que estimula la producción de ácido estomacal. Un estómago demasiado ácido es a su vez perjudicial para la calidad del sueño.

Aunque esta conexión debe investigarse más a fondo, un sueño reparador suficiente también parece ser bueno para el estómago.

El síndrome del intestino irritable es una de las dolencias más frecuentes del tracto gastrointestinal, y afecta a alrededor del 12% de la población alemana. La fatiga y el cansancio suelen acompañar al síndrome del intestino irritable.

Se supone que un sueño de mala calidad empeora los síntomas del síndrome del intestino irritable. El estrés también puede desencadenar el curso de la enfermedad. Por eso es importante que los pacientes con síndrome del intestino irritable tengan suficientes oportunidades de relajarse. Por tanto, es importante garantizar una cantidad suficiente de sueño para el síndrome del intestino irritable.

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