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¿Qué es la luz azul?

La luz es una forma de radiación electromagnética emitida por una fuente luminosa (p. ej., el sol, una bombilla, pantallas, etc.) en forma de ondas. El ojo humano solo puede percibir una pequeña parte de todo el espectro electromagnético. Las longitudes de onda de la luz se miden en nanómetros (nm). El espectro visible para nosotros va de 380 a 780 nm e incluye todos los colores del arcoíris. La longitud de onda determina cuánta energía tiene la luz. Cuanto más corta es la longitud de onda, más energética es la luz.

La luz azul es una luz energética y de onda corta en el rango de 400–495 nm y forma parte del espectro visible tanto de la luz natural como de la artificial.

El espectro visible de la luz

La luz azul es una luz de onda corta entre 400 y 495 nm y, por lo tanto, es significativamente más energética que, por ejemplo, la luz roja entre 630 y 780 nm. Esta alta energía influye directamente en nuestro cuerpo: a través de células fotosensibles en la retina, la luz azul actúa sobre el llamado núcleo supraquiasmático (NSQ), el centro de control de nuestro reloj interno. Allí regula, entre otras cosas, la liberación de la hormona del sueño melatonina y puede influir de manera decisiva en nuestro ritmo de sueño-vigilia.

La melatonina es una hormona producida de forma natural por la glándula pineal en el cerebro que regula el ritmo de sueño-vigilia.


Luz azul natural ☀️

En la naturaleza, la luz azul nunca aparece de forma aislada, sino siempre en equilibrio con otras longitudes de onda, dentro del espectro de la luz solar. La luz solar natural incluye todos los colores y, por eso, se denomina luz de espectro completo.

Diferencia entre el espectro de la luz solar, LED de espectro completo y LED estándar

A lo largo del día, este espectro de colores cambia continuamente: por la mañana y al atardecer aumenta la proporción de luz roja e infrarroja, mientras que al mediodía hay más luz azul, más energética.

Color de la luz solar según la hora del día

Este equilibrio y la variación del espectro de luz a lo largo del día son esenciales para nuestro reloj interno. Durante el día, la luz azul natural es activadora, mejora el estado de ánimo y favorece la atención y la concentración. Inhibe la producción de melatonina y, al mismo tiempo, estimula la producción de dopamina y serotonina. Ambos son neurotransmisores que fomentan la motivación, el impulso y el buen humor. Además, influye positivamente en nuestro metabolismo, la regulación hormonal y el sistema inmunitario.

En la luz solar, la luz azul está integrada en un espectro equilibrado: este equilibrio natural respalda nuestro reloj interno, mejora el estado de ánimo, la concentración y muchas funciones corporales.

Luz azul artificial 📱

Espectro de luz azul de LED, tablet y smartphone

Con las fuentes de luz artificial ocurre algo diferente. En el mundo moderno estamos cada vez más expuestos a la luz azul artificial por la tarde y la noche, sobre todo por lámparas LED, smartphones, televisores y pantallas de ordenador. Al igual que la luz natural, la luz artificial también contiene una mezcla de diferentes longitudes de onda, pero sin el equilibrio esencial entre todos los colores. La luz artificial suele tener una alta proporción de azul porque permite generar una gran cantidad de luz de forma eficiente en energía. Esto es una ventaja para el consumo eléctrico, pero no para nuestro cuerpo y nuestro bienestar.

Ya sea viendo nuestra serie favorita por la noche, desplazándonos por redes sociales en el smartphone o encendiendo la luz en casa, cada vez enviamos a nuestro cerebro la señal de que todavía es pleno día y el sol brilla. Esta exposición antinatural a la luz azul artificial —aunque sea de baja intensidad— suprime la producción de melatonina por la noche y nos roba un sueño valioso.

Cuando el cuerpo se expone a luz azul artificial por la tarde y noche, puede afectar negativamente a nuestro ritmo circadiano, al sueño y, a largo plazo, también a la salud.

Conclusión: la luz azul – amiga y enemiga

La luz azul no es intrínsecamente mala, todo lo contrario. Durante el día es esencial para un ritmo sueño-vigilia saludable, el buen humor y el rendimiento mental. Se vuelve problemática, sin embargo, cuando por la noche o durante el día en interiores estamos expuestos continuamente a la luz artificial sin recibir suficiente luz natural. Eso desequilibra nuestro ritmo natural.

La luz azul es importante, pero en el momento adecuado. Lo decisivo es la dosis y el momento en que estás expuesto: estimulante durante el día, mejor evitarla por la noche.

Qué puedes hacer ✅

Puedes apoyar tu ritmo circadiano natural de forma eficaz con hábitos sencillos:

1

Empieza el día con luz natural

Recibir luz natural por la mañana es una de las medidas más importantes para tu sueño y tus niveles de energía. Lo ideal es salir unos minutos justo después de despertarte. Un paseo corto basta para activar tu reloj interno y mejorar tu ánimo.

Pero incluso si no tienes tiempo o posibilidad de salir por la mañana, hay alternativas: desayunar junto a una ventana abierta al lado soleado, tomar un café en el balcón o simplemente exponerte a la luz en la habitación más luminosa de tu casa. ¡Todo esto ya ayuda! Lo importante es dejar que la luz del día sin filtrar entre directamente en tus ojos (sin gafas de sol ni cristales de ventana de por medio).

Mujer desayunando en el balcón bajo el sol
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Aprovecha al máximo la luz del día

Intenta integrar la luz natural en tu día tantas veces como sea posible. Trabaja cerca de una ventana o atiende llamadas junto a ella o al aire libre.

Un paseo corto durante la pausa del almuerzo puede hacer maravillas para tu mente, tu sueño y tu bienestar general. A menudo, 10–15 minutos son suficientes para dar a tu cuerpo la señal de luz que necesita. ¡Incluso los pequeños pasos cuentan!

Mujer trabajando al aire libre bajo el sol
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Evita la luz azul artificial por la noche

Por la noche, reduce las fuentes de luz artificial con un alto contenido de azul. Las lámparas LED estándar, pantallas y monitores emiten luz azul que le indica a tu cuerpo que todavía es de día. Usa siempre que puedas fuentes de luz sin azul, como luz roja cálida o lámparas especialmente diseñadas. Atenuar las habitaciones con una luz más suave también ayuda a favorecer la producción nocturna de melatonina.

Mujer mirando el smartphone por la noche y sufriendo los efectos de la luz azul en los ojos y el sueño
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Usa gafas Blueblocker por la noche

Si trabajas frente a la pantalla o ves series por la noche, usar unas gafas con filtro de luz azul (Blueblocker) puede ayudar enormemente. Estas gafas bloquean específicamente la luz azul de alta energía, lo que permite a tu cuerpo relajarse y liberar melatonina. Esto es especialmente importante para un sueño reparador.

Mujer con sus gafas Blueblocker Sleep de Lichtblock en el sofá por la noche
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Usa Blueblocker de día solo con mucha luz artificial

Durante el día necesitamos luz natural, especialmente la luz azul, para que nuestro cuerpo esté despierto y con buen rendimiento. Por eso: si trabajas en una oficina luminosa con suficiente luz natural, usar unas gafas con filtro azul normalmente no es necesario. De hecho, puede ser contraproducente porque priva a tu cuerpo de señales lumínicas importantes.

Diferente es si pasas gran parte del día en lugares con iluminación puramente artificial, p. ej., supermercados, grandes almacenes, naves de producción o oficinas sin ventanas con luz LED. Allí falta el equilibrio natural del espectro y la luz artificial de pantallas y lámparas suele tener una proporción excesiva de azul. En esos entornos, unas gafas Blueblocker de día con filtro ligero pueden ayudar a equilibrar el espectro, aliviar los ojos y reducir problemas como dolores de cabeza, escozor ocular o dificultades de concentración.

Mujer trabajando en el home office con unas gafas Blueblocker